lunes, 21 de octubre de 2013

Construcciones en el Medioevo

En la arquitectura de la Edad Media se desarrollan principalmente tres estilos: El bizantino, a que influye durante todo el período, el románico entre los siglos XI y XII, y el estilo gótico entre el siglo XII hasta el siglo XV.
Arquitectura Bizantina 
La arquitectura bizantina, es el primer estilo importante en la Edad Media, destaca por su solidez estructural, utiliza esplendidos mosaicos interiores, capitel hermosamente decorado, una característica cubierta abovedada, y buena ornamentación, un buen ejemplo de este tipo de edificio es la Iglesia bizantina de San Vital.
Estilo Gótico
El empleo de las construcciones de tipo medieval finaliza con el desarrollo del estilo gótico que es de origen germano. Se caracteriza por sus líneas alargadas con arcos de apariencia innovadora y ornamentación exterior recargada.

A partir del siglo XII, y debido a la prosperidad de la época, se desarrollaron las artes, especialmente la arquitectura. La catedral se convirtió en el símbolo permanente de la arquitectura de la Edad Media.. Las ciudades competían por tener la más bella catedral con las agujas más altas apuntando al cielo. La mayor inversión de capital durante el periodo, toda una fortuna, se destinó a la construcción de catedrales, cuyas obras tardaban más de un siglo en concluir. El material predominante en la construcción de las catedrales era la piedra, que minimizaba el peligro de incendios. Por otra parte, el acero escaseaba y el hierro era demasiado endeble para sujetar los inmensos edificios de altura sin precedentes. Los arquitectos desarrollaron nuevas soluciones a viejos problemas, ideando el arco apuntado y los arbotantes para desplazar el peso de la carga de los techos abovedados hacia los macizos soportes de piedra.

Arquitectura Románica y Gótica

El románico se desarrolló en los siglos XI y XII, siendo el primer estilo pan-europeo. Se caracteriza por el uso de la bóveda de cañón, cuyo peso se desplazaba verticalmente hacia gruesos pilares cruciformes y horizontalmente hacia gruesos contrafuertes que reforzaban muros masivos, con poco espacio para los vanos. La decoración escultórica se concentraba en capiteles y pórticos.

La gótica iniciada en la experimentación arquitectónica del siglo XII en la zona de Île de France, se extendió por toda Europa como un estilo de marcada verticalidad, tanto en las torres como en las elevadísimas naves, permitida por los arcos apuntados y las bóvedas de crucería, cuyo peso se desplazaba por los arbotantes a contrafuertes exteriores, aligerando los muros, que acogen una cada vez mayor multiplicidad de capillas laterales. Pintura y escultura se libran de su dependencia de los muros (retablos).


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